Si decides cuidar
a algunos gatos callejeros en tu pueblo o ciudad, debes tomar ciertas
precauciones para evitar que lo que en principio es una actividad solidaria que
parece inofensiva a simple vista, se convierta en la peor de tus pesadillas.
Es importante
que:
Ø Ames
profundamente a los animales para que no cedas ante las dificultades que pueden
surgirte.
Ø Tengas una
economía que te lo permita pues acabarás gastándote bastante dinero entre
comida, medicinas y veterinarios.
Ø
Poseas un
espíritu templado para que las críticas te resbalen.
Ten en cuenta que:
Habrá gente que
independientemente de tu lucidez mental te apodará como “la loca (o el loco) de
los gatos”.
Habrá algunas personas que te digan “si tanto
los quiere lléveselos a su casa”. Desde luego que ni podemos ni debemos actuar
así, pues acabaríamos probablemente con más gatos en nuestro domicilio de los
que nunca hubiéramos imaginado.
Habrá quien te
diga, “si usted les da de comer no cazan”. Sin embargo eso no es cierto porque
el instinto cazador no lo pierden nunca. La única diferencia es que quizás no
se coman a sus presas.
Habrá quienes te digan “si los alimenta, habrá más
y más”. Tampoco es así puesto que si los cuidas responsablemente controlarás su
natalidad.
Habrá gente que
vaya más allá y te amenace con denuncias, con multas, con matar a los gatos, individuos
maliciosos y sin escrúpulos que te acosen sin piedad inventando bulos sobre ti
para dañar tu imagen ante los demás, incluso pueden intentar dar la vuelta a la
tortilla y acusarte de que maltratas a los animales y todo ello con el fin de
que desistas. En este caso no olvides que el acoso y las amenazas son delitos
que puedes denunciar. Lleva siempre a mano la grabadora de tu móvil para grabar
estas amenazas, en caso de tener que denunciar estos hechos te serán de
utilidad. Y no olvides que tú no estás haciendo nada ilegal.
Afortunadamente
habrá mucha más gente que te valore y aprecie por lo que haces pero hacen menos
ruido que los anteriores. Procura rodearte de gente buena, generosa y con
sensibilidad hacia el bienestar animal que sepa valorar lo que haces. Pídeles
ayuda y colaboración. Y no olvidas que como dice el refrán, “lo bueno abunda”.
Si te sientes
injustamente tratada no calles, no les hagas ese favor a los
maltratadores. Escribe, habla, haz que
se sepa. Dar aire al maltrato que tantas veces sufren los animales callejeros y
al acoso que con frecuencia sufrimos quienes les cuidamos y alimentamos es la
única manera que tenemos para ganarles la batalla.
Si tienes en cuenta estas recomendaciones
nacidas de nuestra experiencia, cuidar a los gatos callejeros se puede
convertir no sólo en una actividad solidaria sino también en algo maravilloso,
gratificante y placentero que llene tu vida de amor incondicional.
Asociación
protectora FELINOS DE ALCOSSEBRE.